jueves, 29 de mayo de 2014

SOBRE EL ARTE

 El arte pertenece al hacer, que es crear cosas que sean capaces de emocionar y complacer el alma humana, es la impresión de una idea en la materia, es de orden intelectual, una virtud de entendimiento práctico y un orden de razonamiento.
 El arte es para tratar cosas agradables que percibimos por los sentidos, por eso los que practican un arte pueden percibir ideas y emociones que otros no tienen el privilegio de captar, así los artistas convierten lo ordinario y rutinario en algo especial. Es la sensibilidad artística que se manifiesta para el deleite humano. 
El arte está ligado a la belleza, pues la estética es la ciencia que trata sobre la belleza, la cual fue definida por Santo Tomás de Aquino por la integridad y la perfección; la proporción, la concordancia en el orden y la unidad; la claridad en los colores y la inteligencia; el resplandor de la forma, explicando que la única belleza absoluta es Dios. 
En las personas, la naturaleza y las cosas existe una belleza limitada, que puede ser ideal o fantástica, es lo que inspira a los artistas a hacer una obra: componer, pintar, esculpir...en fin, hacer una obra de arte. Cuando el espíritu humano se manifiesta por medio de la palabra escrita, hablada o cantada, con poesía o prosa, con música o pintura, que tienen arte y belleza, es una elevación al espíritu, una superación cultural.
Las ideas creadoras del artista forman las cosas, hacen lo real conforme al espíritu, su obra es él mismo en lo que hace. En poesía es una adivinación del espíritu en lo sensible, es un hacer para deleitar la belleza, es idea creadora, como una emoción que aparece traspasada en la inteligencia.
 El arte comienza con la inteligencia y la voluntad de elección.
El manantial espontáneo de las imágenes, sin el cual no hay poesía, crece y nutre la operación del poeta.
 En el artista la idea creadora es una emoción de la conciencia, con inteligencia, que se va engrandeciendo con la voluntad de dar existencia, nacida de la materia, objeto de la creación.
 Es necesario advertir que la grandeza de la obra no depende sólo del poeta, sino también de su armonía con el mundo, con el universo humano, recorrido íntegramente por una potente inspiración y que alcanza por ahí una cierta unanimidad espiritual.
 Es en el músico donde se verifican de la manera más límpida las exigencias metafísicas de la poesía. En él, cuando falta en esto, le falta una nota más.
 El novelista es como el sabio que trabaja en su laboratorio, sigue los pasos a sus experimentos; el novelista lo hace con sus personajes, vidas humanas en la ficción o la realidad, el objetivo es el conocimiento de la Persona Humana.
 El novelista debe poseer valores y principios morales para trasmitir leyes de una sociedad modelo, un gobierno divino, sino es capaz de destruir la materia del arte. En novelistas como Malraux, Francois Mauriac y Grahan Greene, se nutren más del conocimiento moral que el poético. 
« El novelista es responsable de una influencia prácticamente ilimitada.

Sólo raras veces tiene por lectores a aquellos para quienes se ha escrito el mensaje (y que son un número pequeño). Él lo sabe, se queja de ellos, pero se aprovecha, y sigue... »

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